Trasladamos el blog

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A partir de ahora, este blog pasará a la página del nuevo proyecto: DcienciaSalud. Es una manera de profesionalizarlo un poco más, de que tengáis un mejor acceso, y de compartir este pequeño espacio con mis compañeras (que son más majas que las pesetas y se van a lanzar a escribir)  🙂

De momento lo mantendremos (con el paso del tiempo le he cogido cariño al jodío) y dentro de un tiempo desaparecerá (por lo de no duplicar el contenido y no hacer un lío al personal).

El blog nació con la idea de servir de material de apoyo a mis pacientes y no pocas veces, de desahogo de pensamientos (nutricionales y no tan nutricionales). La acogida ha sido mucho mayor de lo que nunca hubiese pensado y con que haya contribuido a tomar conciencia y mejorar la alimentación de 1 persona, me doy más que satisfecha 🙂

Mil gracias a todos los que habéis leído, compartido y comentado las entradas. De corazón. Fue bonito mientras duró. Muy bonito 😉

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Etiquetado, ¿sabemos identificar cuando un producto es más o menos saludable?

Lo primero, explicar que este post va como aclaración a una pregunta planteada en Facebook y Twitter, acerca de si sabemos reconocer o no, simplemente por la apariencia, que producto pueda ser más o menos saludable.

Para ello se mostraban dos tipo de cereales de desayuno  👇

Hubo respuestas para todos los gustos, y agradezco muchísimo la participación, pero queda constancia que en este tema no está todo claro.

Y es que muchas veces el envase nos confunde. Palabras como light, 0%, desnatado, rico en fibra, sin azúcares añadidos, etc, nos hacen percibir ese alimento como sano…y muchas veces no es así. 

No nos hemos de fijar sólo en un ingrediente ni en un nutriente (grasa, azúcares, tal o cual vitamina o mineral añadido), si no en el alimento en global (ingredientes, nutrientes), la saciedad que nos produce, qué estamos sustituyendo al tomarlo, y un largo etcétera.  ¡Un alimento no es sólo un nutriente! 🙂


Siguiendo con el tema de la comparación de estos dos tipos de cereales, a continuación se muestra el etiquetado de ambos productos :

Lo primero, si nos fijamos en el listado de ingredientes, los cuales están por orden de cantidad, los cereales tipo Corn Flakes «sencillos» contienen un listado mucho menos amplio de ingredientes y los azúcares simples (en cualquiera de sus variantes: azúcar, glucosa, fructosa, siropes, jarabes, miel, etc) aparece sólo en un término.

ingredientes corn flakes

Si miramos la etiqueta de los cereales «Vital»: Fruta y fibra, podemos ver que los azúcares se adicionan con cada una de las frutas añadidas, además de en el producto en global.

cereales de desayuno vital

Ingredientes cereales «Vital»: fruta y fibra

La letra es muy pequeñita y la foto muy mala, así que trascribo aquí: trigo integral (61%), uvas pasas (17%), azúcar, trozos de coco azucarado (4%) (coco, azúcar), trozos de plátano azucarado (2,7%) (plátano, aceite de coco y azúcar), rodajas de manzana deshidratadas (2,5%) (manzana, sal, acidulante (ácido cítrico)), antioxidante (ácido ascórbico), trozos de avellanas tostadas (1%), extracto de malta de cebada, sal, vitaminas (niacina, vitamina E, ácido pantoténico, vitamina B6, riboflavina, tiamina, ácido fólico, vitamina B12) y sal mineral (difosfato férrico).

 

Si vamos a la Información Nutricional, podemos ver que de la cantidad de hidratos de carbono que son azúcares simples, en la variedad «Vital: Fruta y fibra, esta cantidad triplica a los cereales tipo «Corn Flakes».

 

Es decir, muchas veces, nos dejamos llevar por las apariencias del productos, por todo el marketing que le acompaña y compramos los productos sin echar un vistazo a la información nutricional del mismo. Son dos minutines lo que se puede tardar en mirarlo, y más que una pérdida de tiempo, en una inversión en salud…¡y en el bolsillo! ya que muchas veces estos productos tienen un mayor coste.

Hasta ahora sólo nos hemos referido a la cantidad de azúcares añadidos y a comparar un producto con otro debido a la duda surgida en redes, pero, como hemos dicho antes, es necesario tener en cuenta el alimento en global (en este caso rico en sal) y cómo lo introducimos en la alimentación.

¿¿¿Y esto que quiere decir???

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Que si introducimos un alimento en nuestro día a día, normalmente está ocupando el lugar de otro. Si, por ejemplo, tomamos cereales tipo Corn Flakes (copos de maíz) en lugar de un croissant en el desayuno, pues es más que correcto el cambio.

Pero si estos cereales van a sustituir la fruta o los frutos secos en esta misma toma, o si nos creemos (oh, gracias publi 😒) que un vaso de leche con cereales es la mejor cena que podemos tomar, en lugar de algo de verdura (a la que pueden acompañar otros alimentos), mal vamos.

Es decir, hay miles de alimentos que son mejores opciones que unos cereales de desayuno (fruta, frutos secos, verduras y hortalizas, legumbres), pero si decidimos introducirlos en nuestra alimentación, elije los mejores.  Sólo por dar un apunte más, los copos de avena y el muesli son mejores opciones que las dos mostradas, ya que no contienen sal ni azúcares añadidos.

ACLARACIÓN: #ojocuidao que cada vez encontramos más «prostitución del muesli» que son pegotes de azúcar con algo de cereal 🙂 Así que…¡¡a mirar etiquetas!! 😉 

Y si estoy en un hospital…¿por qué tengo que comer mal? Razones por las que deberías poder comprar fruta en un hospital

Nuevo artículo para El Norte de Castilla gracias a la colaboración de CODINUCyL.

Podéis leerle también pinchando en el siguiente enlace.


Cuando acudimos a un centro de salud o, mayoritariamente, en un hospital, podemos encontrar en múltiples sitios máquinas de vending que ofertan bollería, dulces, refrescos, zumos azucarados, sándwiches para los más valientes…pero no hay opción de tomar fruta u otras opciones saludables.

¿Parece una nimiedad? Pues cuando tienes a un familiar ingresado o acudes al servicio de Urgencias dónde sabes cuándo entras, pero no cuándo sales, se hace bastante relevante.

Porque no hay más opciones: sándwich + refresco / café + palmerita (o similar). Y si se tiene a alguien ingresado me puedo planificar el llevarme algo, ¿pero…y un día entero en urgencias? Sin poderse mover de allí, viendo pasar las horas…¡¡sin opciones de comida real!!

¿Y por qué en el lugar donde cuidan de tu salud no se trabaja en la línea de la prevención?  Se podrían dar miles de razones por las cuales sería muy positivo la presencia de alimentación saludable disponible a los usuarios de un hospital, pero vamos a dar tres:

  1. La evidente: tener opciones de alimentación saludable para aportar a la población los nutrientes necesarios. Y esas opciones pueden ser sabrosas, no nos engañemos.
  2.  La lógica: ser coherente en el mensaje de salud que se debe enviar desde un hospital. ¿Para cuándo trabajar en la prevención de las enfermedades y no sólo en la curación?
  3. La soñada: Educación nutricional. Necesaria, a todas las escalas. En hospitales, en centros de salud, en colegios, en universidades, en asociaciones. En cualquier lugar.

Si mostramos que lo normal sería tomar fruta, verdura, frutos secos, hidratarse con agua, evitar el alcohol y los refrescos, la bollería… Si fuésemos capaces de dar ese mensaje desde las instituciones, y no sólo desde la consulta…¡avanzaríamos tanto!

Es necesario sembrar ahora lo que queremos recoger en el futuro. De nada sirve preocuparnos sólo de curar, de paliar, de que algo no empeore. Y la nutrición tiene mucho que ver en esto. Empezar con estos pequeños cambios puede ser el camino.

EDITADO (2 de mayo 2017): Enlace al podcast de la entrevista que me han realizado el día 1 de mayo en el programa MEDIODÍA COPE, de cadena Cope con motivo de este artículo:  Enlace al audio

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